Libros para leer durante el duelo...
Con la pandemia y tanta muerte rodeándonos el duelo puede ser difícil. Aquí te dejo unos libros que me ayudaron a entender y procesar el duelo.
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Ese es el problema de encontrar al amor de mi vida tan tarde, ya hay demasiada historia y demasiado bagaje de por medio. Hay recuerdos que jamás les van a pertenecer, esos momentos que te llevas a la tumba y que no puedes compartir con nadie porque lastiman, no sólo a los otros, a ti también.
I could never imagine that polka dots contained so much, or rather, that they make up so much of what we experience. And I am a huge polka dot fan, since like forever, but seeing Yayoi Kusama’s exhibit changed my head and the way I see those tiny things now.
Kusama's work is a very accurate, yet poetic, understanding of our universe, but it also shows obsession. The museum was showing 33 minutes of Kusama's films where you can see her polka dotting everything and everyone. It seemed more of a compulsion, a necessity to see dots everywhere, to put them in their particular place.
How does the mind of someone like her work? She managed to rebuilt my sense of wonder, of believing that one small piece, a dot, nevertheless, can contain multitudes and can make up so much of what we see and feel.
After many weeks of trying to get a free pass, I had the fortune to win tickets for the Kusama After Party at the Hirshhorn (one of the best art spaces in the US). To win, I had to answer a question, ‘Which was my favorite Yayoi Kusama work and why? My answer was simple, it was the Aftermath of Obliteration of Eternity (see next photo).
Now, if you look for the definition of oblitarate, it is to remove from recognition or memory, but my answer had more to do with the eternity portion of the name, because if there is an eternity, something beyond whatever we can imagine, it's represented in that room. How hundreds of tiny lights, dots that are lost in our mind, our universe, become so much. Eternity exploding and then there is just light, after light, after light. After life. One tiny dot of light at the time.
Kusama’s work is beyond anything I have seen before, but it reminded me of something I have read before, Clarice Lispector’s novel, The Hour of the Star.
“Everything in the world began with a yes. One molecule said yes to another molecule and life was born. But before prehistory there was the prehistory of the prehistory and there was the never and there was the yes. It was ever so. I don’t know why, but I do know that the universe never began."
One polka dot. Then another one, after one more. Until infinity. Until eternity. That's how life began, one dot and one yes followed by more.
But it is also how the world ends. We will be reduced to a minute polka dot, lost in the billions and billions of polka dots, that like us, have transformed.
I never thought a single polka dot could contain the universe.
"Dots lights apertures
everybody’s understood
in the infinite."
—The Haiku Guys & Gals for Kusama, mi amor.
Porque cuando me abrazas mi mundo se tambalea.
Veo mi cara reflejada en el vidrio empañado de tu coche. Es de madrugada. Hace frío y yo no dejo de pensar en mi vida hasta el día de hoy. En ti.
Veo el reflejo de tu cara en el mismo vidrio empañado en el que me veo. Tú vas serio, como enfermo, y un tanto ido. La palidez de tus labios me dice que estás nervioso. Aceleras.
— ¡Despacio, cabrón! Quiero llegar viva a mi casa.
Desaceleras. Tu mirada interrogante.
— Vas a llegar viva.
Silencio. Mi mirada interrogante. Cierro los ojos. Recuerdo.
— Siéntate aquí.
— Ok.
— Platícame algo.
— Ok.
Me cuentas una historia de amores pasado. Mientras te escucho mis sentimientos se hacen añicos. De casi… a nada.
Mi cabeza da un vuelco. Un vaso de vodka. Dos vasos de vodka.
— ¡Ay perdón! Tiré tu cerveza, pero te quiero un chingo.
Celos. Ira. Tres vasos de vodka.
— Vámonos para afuera, chaparra.
— No quiero.
Silencio.
— Marcela
— No me digas así.
— ¿Marce? ¿Chaparra? ¿Chaparrita? ¿Naranja subido de tono?
— ¡Hey! No lo uses en mi contra.
Silencio gutural. Gente que va y viene. Mis dudas siempre ahí.
"Hace tiempo que te sueño y ya no sé cómo explicárselo a estas manos".
Me detengo a ver las estrellas en medio de la carretera. Tengo frío y me da vueltas la cabeza.
— Vámonos para adentro, Chaparra.
— ¡No!... ¡No! Ya me harté. Primero estoy adentro y me sacas. Ahora estoy afuera y que me vaya para adentro.
Adentro. Contra mi voluntad.
Camino por la orilla del asfalto frío y doy vueltas como loca. Estoy feliz por unos instantes aunque nada pase. Me siento en la banqueta mientras escribo cosas en mi cabeza que luego me olvido. Y regreso contigo para abrazarte y romper la distancia (emocional) que nos separa con un abrazo.
Minutos. Frío. Diez minutos. Mi respiración en tu cuello. Seguimos abrazados en la calle fría y en un segundo de claridad entiendo lo que puede pasar.
Después nos alejamos más que nunca.
— Vámonos. Me dices
— Vámonos. Te digo.
Estás a mi lado como si no quisieras estar. Te resistes porque no sabes.
No veo el amanecer contigo.
Duermo en mi cama, cansada y adolorida por las dudas. El día transcurre incierto, y no logro arreglar mi cabeza.
Marco tu teléfono, más por inercia que por certeza. Tu voz fría, como tú, me indica nada (nadie. nunca. nada.).
Te veo y es la misma distancia que ha habido siempre. “Será que la distancia le hace bien al suicidio”. Da lo mismo. Quebramos un poco el hielo, y después como si nada. . Me voy y te abrazo más fuerte que ayer, como si éste fuera mi lugar en el mundo.
Camino a mi casa cargando a cuestas una mochila llena de pinches piedritas emocionales. Me veo reflejada en el vidrio de un coche. No es el tuyo, pero recuerdo... Veo tu rostro en el reflejo del vidrio. Abro la puerta.
— A veces puedo llegar a odiarte tanto.
Y aunque creas que es el alcohol el que habla, soy YO con más lucidez que nunca. Te odio a las 5:53 de la mañana del 27 de diciembre.
Te odio con la rabia de quien acaba de descubrirlo. Te odio y te lo he dicho tantas veces, sólo espero que un día pueda decirlo de verdad.
Te odio. Tal vez escribiéndolo muchas veces se vuelva realidad.
It has been a complicated year in every respect, but it has also been about learning and growing, and then growing some more. One of my friends even named 2016 as “The year of global sadness”. I agree. It was a challenging year, to say the least. My 2015 ended with a very terrifying episode that was kind of a warning of how 2016 was going to be: DIFFICULT.
I moved to another country and I got married. I have been sick and coughing for the last 6 months, which additionally translated into 3 visits to the hospital ($$$). My cat has been on the verge of dying 3 times this year, all of them while in the US ($$$). I traveled very little, and only visited two places I didn’t know before –compared to previous years I should be ashamed–. I have missed tacos and tamales for 7 months (which for me is a very long time). I have also missed my mom, my siblings and my friends.
On the good side, I have had the opportunity to live in a city that amazes me most of the time, and makes me enjoy the really good food I am surrounded by, if that weren’t enough, I get to live every day with a great human being whom I love, and who loves me and makes me laugh just by talking about poop and farts (sorry, TMI).
The next year I need to keep up with me though, that’s the challenge: my personal and professional growth, figuring out what I want to do, reading more (I am embarrassed to tell you how many books I did NOT read this year), and maybe 2017 is the year when I finally write the book that I have been postponing for 3 years because writer’s block.
Anyway, I just wanted to think about everything that happened this year, because despite being weird, it was eventful, and it brought me complications (I’m talking about you, US Elections), but also immense joy. Lots of laughter and lots of lessons too.
I hope your year has been good, and if not, just remember that there is always 2017, so make it count.