Escritorios Privados: Mercadillo Vintage edition
Los Escritorios Privados están de regreso, y esta vez le echamos un vistazo a la estación de trabajo de Alana, dealer y curadora de ropa vintage en Mercadillo Vintage, una de mis tiendas favoritas del mundo mundial.
Desde que ves la puerta del departamento de Alana sabes un poco lo que te espera. Hay una corona de flores y ramas lindas para darte la bienvenida. Abres la puerta, y lo primero que ves es a Lety y Anita, las amas y señoras de esa casa.
El espacio más importante lo ocupa la sala/home office, un pequeño nicho en donde Alanita hace y deshace, lee, piensa y escribe cosas sobre moda y productos de belleza, y contesta correos y recibe pedidos de Mercadillo.
Su escritorio es blanco, viejito y muy bonito. En él, además de su laptop, tiene una caja con post-its, tazas y frascos con plumas, sharpies y demás cosas lindas para escribir. Les cuento que una de las cosas por las que nos hicimos amigas fue por nuestro eterno amor a las ñoñerías y a las libretas.
Coincidió que los días que estuve invadiendo su casa, Alana tuvo muchísimo trabajo y, aunque ya varias veces antes la había visto en acción, ésta fue la primera vez que la vi en su modo completo de copywriter independiente, así que la observé y corroboré lo que ya sabía: Su manera de trabajar es muy metódica y disciplinada –algo que a mí me falta muchísimo :/–, y esas mismas características también las refleja su espacio de trabajo.
Su escritorio está perfectamente acomodado, todo tiene un por qué, y como buena freelance, tiene todo lo que puede necesitar a unos cuantos centímetros de distancia.
Su rutina de trabajo va más o menos así:
Se levanta casi a la misma hora todos los días, porque dice que eso le permite ser más productiva. Desayuna y se toma un café. Los rituales son importantes, y éste es especialmente importante porque la ayuda a empezar bien el día. Revisa su correo en la computadora o en el teléfono, sobre todo por si hay pedidos de la tienda en línea. Contesta inbox y comentarios de su página.
En estos días le pidieron contenido para una página web, así que estuvo escribiendo en la mañana, en la tarde y en la noche, tomándose descansos. Algunos días, cuando hay pedidos o citas, se va a la tienda a armar paquetes o a atender a sus clientas.
Algo muy particular de Alana, y lo que hace que se distinga de las cientos de tiendas vintage que hay en México, es su atención al detalle. Escribe notas a mano, envuelve cada paquete con un cuidado que he visto en pocas tiendas de retail. Trata a cada una de sus clientes como si fueran sus amigas, porque en cierta medida lo son, confían en ella, en su gusto y en las prendas que ofrece.
Cuando le pregunto por qué es tan organizada y cómo le hace, su respuesta es algo que resuena mucho conmigo:
“Porque así me queda más tiempo para hacer otras cosas que me gustan mucho”.
Leer, viajar, jugar con sus gatas. Ella cree firmemente en que el trabajo no debe ocupar todo tu tiempo, porque existen mil cosas más que también son importantes y requieren de atención, así que su espacio está planeado para eso, para ayudarse a trabajar y a ser productiva, pero al mismo tiempo, para sentirse cómoda y que no representara un esfuerzo abrumador.
Agenda: Simplified Planner de Emily Ley.
La llena de post-its, casi no escribe en ella, porque, y cito: “Siento que mi letra no es digna de una agenda tan hermosa”.
Libreta: Su favorita es una que le trajeron de China. No planea usarla porque es muy bonita.
Libreta para notas: Utiliza cuadernos lindos de Target y de Debcu Studio.
Pluma favorita: Utiliza mucho las Sharpie Pens y plumas LePen en varios colores, pero casi siempre son rosas. Es una ñoña irredenta y feliz.
Libro que está leyendo: The Four Hour Work Week
“Doing less meaningless work, so that you can focus on things of greater personal importance, is NOT laziness. This is hard for most to accept, because our culture tends to reward personal sacrifice instead of personal productivity.”